LIBRERÍA INFANTIL CAMELOT especializada en literatura infantil en Fuenlabrada (Madrid)
Por casualidad he encontrado está carta elaborada por el grupo ABANICO (Seminario permanente en Fuenlabrada sobre Bibliotecas escolares) dirigida al periódico EL PAÍS, haciendo una defensa con mayúsculas de la literatura Infantil. Creo que no tiene desperdicio:
Carta al diario El País: “Esto no es literatura”
Promocionar la lectura entre el público infantil da prestigio। Acercar hasta los niños obras literarias que no les corresponde leer por edad, parece que también. No importa si en el camino se pierde lo esencial de la literatura, que no es la peripecia, sino, la palabra literaria, no “el qué” se cuenta, sino “el cómo”, que resulta ser el meollo de la literatura.Por el mismo precio de la simplificación literaria obtenemos también una aberración en la ilustración. Si parece imprescindible que para que un libro infantil sea tal debe llevar dibujitos, ahí van, acompañando al resumen. Sin ningún fin estético, sin ningún afán de belleza, se entrega a los niños un conjunto de ilustraciones estereotipadas, tópicas y casposas; pero, eso sí, en un formato de libro y bajo el epígrafe de “mis primeros clásicos” que resulta incuestionable.No es ésta la lectura que deseamos para los más pequeños. No vale ofrecer cualquier cosa por el mero hecho de tener un precio bajo, venderse en quioscos e ir dirigido a los niños. Hay en las librerías, que es el lugar natural donde adquirir los libros, obras de autores españoles y extranjeros escritas para niños, de una calidad literaria objetiva. Existen magníficos ilustradores que ofrecen en sus libros propuestas plásticas que permiten a los niños entrar en contacto con el arte y la creación estética, y no con la simplificación de los contenidos, que aquí se nos propone, que raya lo indigno.Un periódico como El País no debe difundir, en nuestra opinión, esta seudoliteratura bajo el objetivo de acercar la gran literatura adulta a los niños. No vale el envoltorio para que el texto y la ilustración estén en condiciones de formar parte de sus estanterías. Precisamente porque serán sus primeros libros, precisamente porque estamos educando futuros ciudadanos lectores no se les puede engañar y ofrecer este producto carente de lo que constituye la esencia de las obras de arte: la búsqueda de un lenguaje estético y un afán por comunicar emoción y verdad